Detrás del tiempo 
Extraña criatura,
eterna e irreal, acaso un alma
que  llega y que nos deja
destellos de un futuro evanescente.

Disfrazado de agua, de desierto,
de acicular dolor entre agujas de fiebre,
de cristal o de hoz, de campanada,
de astro rey cuando exige pleitesía
invade nuestro espacio
y lo quiebra de golpe, en pleno éxtasis,
exhibiendo desnudo
el vigor de sus brazos infinitos.

Intentamos burlarlo, escondernos detrás
de su imponente mole.

Nos acaba encontrando.