Historia

 

Tantas raíces engendrando la Historia

 

para no ver la luz ni el color verde.

 

 

 

Tanto batirse cuerpo a cuerpo

 

para no conocerse todavía.

 

 

 

Tanta desolación que ya no cabe

 

en los libros de Historia.

 

Hay que volcarlos, destripar

 

sus elegantes láminas.

 

Que caigan las espadas,

 

héroes, acorazados,

 

minas con disfraces de flores,

 

sangre, mucha sangre.

 

Que no les falte tinta

 

a los supervivientes.

 

 

 

Pasar página,

 

humedecer el dedo índice de la mano derecha

 

y descubrir la batalla siguiente.

 

 

 

El tiempo las tiene todas bien contadas.

 

 

 

Va señalando el margen superior

 

con su aureola de saliva seca.